En la primavera de 2021, un año antes de las últimas elecciones, el titular era que Marine Le Pen nunca había estado tan cerca del cargo de presidenta de Francia. Tres años después, y con Emmanuel Macron renovado en el palacio del Elíseo y, por tanto, con la imposibilidad constitucional de presentarse para un tercer mandato, el titular ha evolucionado.
La encuesta
Una encuesta liderada por el IFOP y publicada el 25 de abril de 2024, a tres años de la siguiente cita electoral, da por primera vez a Marine Le Pen como presidenta de Francia.
Por un margen ajustado, Le Pen derrota en segunda vuelta a cualquiera de los candidatos continuistas de Macron.
Lo cierto es que el campo de Macron aún no ha designado a su candidato, hecho comprensible teniendo en cuenta la distancia temporal, pero varios nombres resuenan con insistencia en los medios franceses.
Primera vuelta
En la primera vuelta de las elecciones, Le Pen se llevaría una clara victoria de entre el 34 y el 36% de la intención de voto, independientemente de sus rivales macronistas y del resto de partidos políticos.
En cambio, los candidatos del actual presidente se quedarían a lo sumo con un 24% del voto, caso del ex primer ministro Édouard Philippe. Le seguirían el actual primer ministro Gabriel Attal, con un 20%, el ministro de economía y finanzas Bruno Le Maire con un 14% y finalmente el ministro del interior Gérald Darmanin con un 12%.
Según el sondeo, el resto de fuerzas políticas recogerían resultados aún más escasos: la derecha tradicional, Los Republicanos, se quedaría con entre el 5 y el 6% de las intenciones de voto, según sea Laurent Wauquiez o Xavier Bertrand quien se presenta de candidato.
En la izquierda, una eventual candidatura del expresidente socialista François Hollande recogería el 8% de los sufragios y el candidato de extrema izquierda Jean-Luc Mélenchon llegaría hasta el 12%.
Segunda vuelta
Llegados a la segunda vuelta, el duelo tendría siempre lugar entre el partido de Marine Le Pen, la Agrupación Nacional (RN), y la fuerza política heredera del actual presidente francés: Philippe perdería con un ajustado 49% de los votos y Attal quedaría a mayor distancia con el 47%.
Hay que considerar que en 2022, Le Pen obtuvo en la segunda vuelta un resultado que ahora parece particularmente modesto, recogiendo sólo el 41% de los sufragios. Esto es, en dos años (y con Macron fuera de juego), Le Pen progresaría con prácticamente 10 puntos porcentuales.
Aunque los resultados deben tomarse con mucha precaución, apuntan una tendencia
Aunque los resultados deben tomarse con infinitas precauciones, apuntan una tendencia clave: una parte cada vez más importante de los votantes franceses, que ya sería mayoritaria según este sondeo, busca un cambio de rumbo político de una importancia inaudita.
Las prevenciones que, alimentadas por los medios de comunicación públicos, han marginado al partido de Le Pen padre e hija durante décadas parecen haberse convertido, en el mejor de los casos, en exageradas o carentes de fundamento, y en el peor, una campaña de manipulación de la opinión pública, a ojos de numerosos votantes.
Por otra parte, la incapacidad crónica de los gobernantes provenientes del establishment político en resolver las cuestiones de la inmigración y de la falta de integración de la población proveniente de países musulmanes, han restado una credibilidad excesiva a los partidos y candidatos tradicionales, entre los que se sitúa al propio Macron como una versión actualizada, y por supuesto también todos los que ahora se proponen como posibles sucesores.
Según la encuesta, por un margen que es ciertamente ajustado, Le Pen derrota en segunda vuelta a cualquiera de los candidatos continuistas de Macron Share on X