En materia de economía, los estadounidenses lo tienen claro: Trump

Pese a haberse endeudado y gastado más que ningún otro presidente estadounidense, Joe Biden no logra recoger el visto bueno de los electores en materia económica.

Una encuesta recientemente elaborada por el Financial Times con la Universidad de Chicago ha descubierto que un 42% de los estadounidenses piensa que Donald Trump dirigiría mejor la economía de su país, mientras que sólo un 31% prefieren a Biden. En torno al 21% de los encuestados no confían ni en uno ni en otro.

La diferencia entre el expresidente y candidato, por un lado, y el actual mandatario en el cargo, por otro, de 11 puntos porcentuales, resulta impresionante.

Los propios responsables de la encuesta parecen desconcertados, afirmando que Biden no es capaz de convencer a los electores a pesar de que la economía de los hogares de Estados Unidos ha mejorado ligeramente desde que es presidente, el crecimiento es robusto (el contraste con Europa resulta impresionante), el mercado laboral sigue a toda máquina y la inflación parece moderarse.

Es necesario aportar algunas consideraciones importantes. La primera es que mientras el 71% de los encuestados que se declaran demócratas aprueban la gestión económica de Biden, ese porcentaje disminuye hasta un ridículo 5% entre los que se llaman republicanos. Las respuestas tienen claramente un componente ideológico que puede ser igual o más importante que la verdadera opinión de los encuestados respecto al estado de la economía estadounidense.

Un segundo factor a considerar es que la categoría socioeconómica de los encuestados. Quienes disponen de formación universitaria se declaran dos veces más satisfechos con la economía que los que carecen de títulos universitarios, y son estos últimos los que tienden a apoyar el retorno de Donald Trump para mejorar la economía. Así pues, la buena marcha económica de Biden parece estar favoreciendo a las clases privilegiadas en detrimento de las trabajadoras.

Y llegados a este punto es necesario realizar diversas anotaciones en materia del verdadero estado de la economía del país.

La primera es que Estados Unidos crece, sí, pero lo hace endeudándose. Es decir, una parte importante del crecimiento norteamericano de 2023 corresponde al gasto público, y en particular a aquel realizado bajo condiciones de endeudamiento. La Universidad de Harvard estima que la deuda pública de Estados Unidos subía a finales de año hasta el 133% del Producto Interior Bruto. Más de 20 puntos porcentuales más que la deuda española.

Estados Unidos tiene actualmente el déficit público más importante de los últimos tiempos (6,3%). Y buena parte de los electores del país son muy poco proclives a aceptar esta situación, abogando tradicionalmente por un estado pequeño.

Un segundo factor que debería considerarse es el papel de la inmigración y su impacto sobre los sueldos, particularmente los de las clases trabajadoras y los escasamente cualificados. Trump endureció las condiciones de acceso al mercado laboral estadounidense para los inmigrantes, lo que resultó en un incremento de estos sueldos. Biden, en cambio, ha ido en sentido opuesto.

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