La última encuesta hecha pública de la empresa DYM para “20 Minutos” señala que Trias y Collboni quedarían primeros, empatados en número de concejales entre 10 y 11 para cada uno, si bien el porcentaje de votos señala una ligera ventaja para Trias con el 21, 6% en relación a Collboni con el 20,3%. Colau quedaría por detrás perdiendo un concejal y quedándose en 9, con el 18,3%, seguida de ERC, quien registra una mayor caída, porque pasaría de 10 concejales a 7. El PP entraría con 3 diputados, uno más que en la actualidad, por tanto su mejora sería muy modesta. La duda está en Vox que se sitúa en el límite del 5% que es el necesario para acceder al consistorio. Si lo consigue lograría dos concejales y el efecto que produciría sería que Trias i Collboni perderían un concejal cada uno y empatarían a 10, porque ambos son los que detentan los dos últimos restos.
Por consiguiente, la igualdad no puede ser más rabiosa, y la incertidumbre es la que preside esta batalla final donde como es notorio jugará la participación y el comportamiento final de los indecisos. Una participación baja favorece los resultados de Colau, que tiene a sus votantes más movilizados, unos por razones ideológicas y otros como beneficiarios de su particular política de subvenciones. Todo esto no quita para que las 2/3 partes de los barceloneses rechacen de una forma absoluta a la actual alcaldesa, que termina su mandato con un fracaso rotundo en este sentido.
Trias aún tiene que terminar de movilizar a todo su electorado aunque no está claro que su equipo sea consciente de este hecho, al menos por el tipo de campaña que están desarrollando. Pesa mucho en contra, el freno entre un sector de sus electores potenciales por el hecho de formar parte aunque sea solo formalmente, del conglomerado de Waterloo y Puigdemont.
Collboni presenta todavía dudas sobre cuál es su arrastre electoral más allá del valor de la etiqueta política, que es alto, y del papel de Sánchez, que por voluntad propia se ha convertido en el de demiurgo de estas elecciones locales, con una presencia intensa y un alud de promesas que en algunos casos resultan contraproducentes.
Una ventaja táctica que dispone Colau es que la opinión en su contra es tan grande que, asumida por los demás partidos políticos, la convierten en una víctima, terreno en el que la alcaldesa se mueve como pez en el agua. Presentarse emotivamente como la víctima de los poderes fácticos de la derecha aliados con los demás partidos políticos, se ha convertido en una baza electoral. Porque, como señalaba con acierto Sergi Pàmies, el uso en su campaña del lema impreso en las camisetas “La culpa de todo la tiene Yoko Ono”, una frase bien conocida, con el rayado de la palabra Yoko y sustituido por el nombre de Colau, define bien a las claras cómo los responsables de la campaña de Barcelona en Comú van a utilizar la victimización como respuesta. Veremos lo que da de sí.
Pero, como sea cual sea el resultado los partidos tendrán que pactar, Colau tiene francamente difícil para volver a ser alcaldesa. Es más, a estas alturas es muy seguro que Sánchez le haya preparado para el futuro un aterrizaje de plata fuera de Barcelona.
La derrota de Colau tendría como consecuencia un debilitamiento del proyecto de Yolanda Díaz, que por cierto no se mueve de Barcelona, lo cual da una idea de lo importante que es esta plaza para su proyecto de Sumar.
Puestos a pactar el que quede primero, si es en concejales mejor, tiene ya mucho ganado porque podrá reclamar que los demás le permitan ser alcalde y la forma de elegirlo favorece esta medida, porque en la segunda vuelta basta con una mayoría relativa. Pero, lo que necesita Barcelona es un gobierno sólido y aquí lo que encontramos a faltar son grandes propuestas de consenso, es decir, proyectos importantes que al mismo tiempo llamen al acuerdo entre grupos como un prolegómeno de lo que después de las elecciones debería de venir.
Finalmente, la cuestión de los indecisos es el punto junto con la aumento de la participación, que permite pensar que Trias es el candidato más probablemente ganador, aunque en ningún caso con certeza. Porque las respuestas de los indecisos en las diversas encuestas señalan que la mayoría le otorga una mejor puntuación a Trias que a los otros candidatos, y este puede ser el factor definitivo que incline la balanza.