Seguramente, no por iniciativa propia, el acuerdo impulsado por ECP con ERC y la CUP empeñados en crear una comisión parlamentaria para indagar sobre la pederastia en la iglesia, ha sufrido una transformación total a partir de la enmienda inicialmente presentada por JxCat a la que se le ha añadido el PSC y que amplía las pesquisas a otros ámbitos como el escolar, el deportivo, el de ocio y el familiar.
Si esta modificación llega a buen puerto, se habrá dado un paso adelante en el sentido de abordar de forma racional este grave problema en el que, y en contra de las intenciones de ECP, el papel de personas vinculadas a ‘Iglesia católica es absolutamente marginal como lo indican todos los datos y todos los estudios llevados a cabo.
En relación con la magnitud del delito son muy escasos los casos en que intervienen sacerdotes u otras personas relacionadas con la iglesia y son mucho más numerosos los cometidos por maestros y profesores, monitores, compañeros, parejas y de manera especialmente importante, los que se llevan a cabo en el ámbito familiar. Para situar algunas de las principales referencias, según el Ministerio del interior entre 2020 y 2019 se produjeron casi 2000 denuncias por delitos contra la libertad sexual que tenían como víctimas a niños y adolescentes. Asimismo, las instancias oficiales consideraban que esto era sólo la punta del iceberg porque sólo llegan a denunciarse un 15 por ciento de los casos. La recopilación llevada a cabo por la Fiscalía general del estado señalaba que sólo había 68 casos que estuvieran vinculados con personas de la iglesia en denuncias o querellas. Sólo el 0,57% del total. La fundación ANAR, que se dedica a la ayuda y defensa de los niños y adolescentes en riesgo, ha publicado un estudio para el período 2008-19 que señala que a lo largo de esta larga década sólo el 0,2% de los casos son atribuibles a los sacerdotes. De hecho, con estos mismos datos se puede constatar cómo los maestros y profesores son responsables 18 veces más que el personal religioso. Otro informe de noviembre del pasado año de Save de Children señala la importancia del entorno familiar, apunta a que el 6% son perpetrados por educadores, y el personal religioso ni siquiera aparece.
Por tanto, querer estudiar la pederastia sólo situando el foco en la iglesia significa ignorar más del 99% de los casos. La pregunta es por qué partidos como ERC o ECP se han empeñado siempre en esta vía cuando es evidente que lo que sirve es para construir un chivo expiatorio escondiendo detrás de él la dimensión social de este tipo de abusos.
Con la enmienda llevada a cabo, el Parlamento de Cataluña realizará además un trabajo que le es propio, porque se habría convertido en anticonstitucional vincular un delito a un grupo de población. De la misma forma que no aceptaríamos por racista estudiar, por ejemplo los robos con violencia ceñidos sólo a la población gitana, no es posible circunscribir la pederastia a personas que pertenecen a un grupo social caracterizado por su confesión religiosa.
Lo sorprendente de todo es que el Congreso de los Diputados sí acordó indagarlo en este sentido restrictivo en unos términos que jurídicamente merecen el calificativo de arbitrarios y que en este sentido significan una desviación de poder, porque no se trata de erradicar un delito o conocerlo mejor sino de acusar a una gente con finalidades espurias, dañando así la imagen y el honor de este grupo.
En el caso del Congreso, al circunscribirlo al hecho católico, incurren en esa arbitrariedad que es única en el marco de las democracias porque no existe ningún país en el que las instituciones políticas se hayan dedicado a investigar la pederastia en el seno de la iglesia. Otra cosa es lo que previsiblemente hará el Parlament de Catalunya, que es considerar el delito contemplando todos los casos, todas las víctimas y todos los posibles responsables. No deja de ser una contradicción que el PSC y JxCat que ahora han hecho esta enmienda, en el Congreso de los diputados votaran a favor de lo que aquí han mencionado. Es bueno rectificar, pero aún hubiera sido mejor si lo hubieran hecho en el Congreso de los diputados. En cualquier caso, el partido socialista nos debe una explicación de por qué en Madrid encabeza una posición, y aquí la enmienda.