Vale, no parece demasiado apropiado referirse como “guerra” al conflicto permanente entre ERC y JxCat cuando hay una de verdad en marcha, pero el exceso del calificativo viene compensado por la necesidad de decir lo suficiente al continuo rifirrafe de quienes nos gobiernan y desvían de esta manera la que debería ser su principal tarea y responsabilidad: hacer funcionar bien los servicios y los recursos de la Generalitat. Sus «guerras» son un escándalo que nos cuesta muy caro.
El gobierno independentista nunca ha sobresalido por la gestión de gobierno. Menos aún, ni siquiera lo aprueba según las encuestas del CEO. En ese magro balance, las consejerías de ERC destacan especialmente por su mala gestión. ¿Ya nos hemos olvidado de la desdichada experiencia de Alba Vergés frente al departamento de Salut en plena pandemia? ¿Ya no recordamos el escándalo de quien fue el consejero de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia también durante la pandemia, Chakir El Homrani, a quien le quitaron de las manos la competencia en las residencias por los trágicos resultados que se lograron? Por cierto, todavía es hora de que se busque la responsabilidad de tantas personas fallecidas.
Ahora quien lleva el trofeo es el conseller de educación Josep González y Cambray que ha conseguido que todos los sindicatos se pusieran de acuerdo para hacer huelga los días 15, 16, 17, 29 y 30 de marzo. Se puede estar de acuerdo o disconformes con los motivos de la huelga que, pese a los adornos, se resumen en un punto: tener menos días de vacaciones, porque el calendario escolar se normalizará en relación con todo el estado y en vez de empezar pasado el día 11 de septiembre las clases se iniciarán el día 5. Pero, no importa tanto la conformidad o disconformidad con el hecho, sino la tensión que vive el departamento con el mundo educativo y que señala que algo grave está fallando en administración educativa.
Es en este contexto es necesario situar las provocadoras declaraciones de Rufián en Madrid, dando por sentado que la gente de JxCat había mantenido contactos con Rusia. Es evidente que en este momento esta acusación, sin aportar más datos de los que ya existen, es malévola porque todo lo que sea asociar a alguien con Putin equivale a beber aceite de ricino. El candidato in pectore por parte de ERC en la alcaldía de Santa Coloma ha actuado deliberadamente para provocar y montar una escandalera con sus socios de gobierno y de esta forma desviar la atención del conflicto educativo. Porque es evidente que las declaraciones del portavoz de los republicanos en Madrid no han sido fruto de la espontaneidad, sino en línea a lo que le pide la dirección política de los republicanos. Ésta es la causa de que, pese a la protesta y exigencia de reivindicación de los posconvergentes, ERC haya hecho oídos sordos.
Esta forma de proceder, que se repite una y otra vez, de salvar la mala gestión a base de generar polémicas partidistas es incompatible con gobernar Catalunya. Está claro que mientras que los votantes de unos y otros mantengan inalterable su sufragio, esto no tiene solución. Todo el país es cautivo de unos grupos que sitúan por encima de cualquier bien común sus manías partidistas.
Porque la verdad es que existe un verdadero secuestro partidista de los puestos de trabajo y de los ingresos que genera estar en el gobierno, porque es evidente que estas dos características son las que realmente permiten mantener un gobierno compuesto por dos partes tan antagónicas.