Está fuera de todo debate que la lengua propia de Cataluña es el catalán, que por su área lingüística reducida junto a una de las lenguas más importantes del mundo, el castellano, necesita una protección especial para garantizar su continuidad .
Ésta es una afirmación incuestionable a menos que se quiera aplicar a las lenguas el mismo criterio de la lucha por la supervivencia de las especies y que haya gente que piense que sólo deben sobrevivir las más fuertes. Obviamente, no es el caso, y de ahí las políticas que priman favorablemente al catalán. Es una opción que no queda tan lejos de las discriminaciones positivas, en muchos aspectos aún más acentuadas, que operan por ejemplo sobre las mujeres y la aplicación de la paridad obligatoria en muchos ámbitos, en algunos tan determinantes como el de las listas electorales.
Pero, al mismo tiempo, las afirmaciones anteriores deben hacerse compatibles con la realidad, y la realidad responde a la pregunta del título: ¿cuál es la lengua de los catalanes? La última encuesta del CEO nos aporta información al respecto. El 41,5% tiene como lengua propia el catalán, el 41,9% el castellano y el 14,5% son bilingües perfectos. Se afirman indistintamente en ambas lenguas.
En la pregunta de qué lengua habló usted primero en casa cuando era pequeño, un 34,5% responde que el catalán, el 56,6% el castellano y el 4,3% ambas.
La comparación entre los dos grupos de cifras nos señala que el catalán ha prosperado como lengua de uso habitual, como lengua propia, porque ahora hay más personas que asumen esta consideración que castellanohablantes de origen. De hecho, el catalán en relación con la lengua que hablaba de pequeño ha crecido 7 puntos y lo ha hecho más el bilingüismo perfecto, 10 puntos, mientras que el castellano se ha reducido en 15 puntos. Es el fruto sin duda alguna del catalán como lengua vehicular en la escuela y posiblemente también de otras cuestiones menores.
De acuerdo con las cifras de la encuesta se puede decir que existe ahora una correlación prácticamente exacta entre el porcentaje de personas que tienen el padre y la madre nacidos en Cataluña (41,7%) y aquellas que hablan catalán (41, 5%, 42,8%). También de estos datos se deducen dos cosas. Con una mirada con las luces largas podemos constatar una mejora del uso del catalán como lengua habitual, pero si de la encuesta ponemos el foco en las respuestas sobre el uso del catalán en la escuela, podremos constatar que en los últimos años existe un claro retroceso, en el sentido de que disminuyen las clases que se desarrollan íntegramente en la lengua propia de Cataluña.
A esto no sería ajeno otro fenómeno distinto y también perceptible, que es la pérdida de la condición del catalán como lengua de promoción social.