El PDeCAT, y más concretamente su líder, Maria Àngels Chacón, presentó días atrás su propuesta para crear una nueva organización que representara una alternativa para el independentismo, como el bloque que configuran socialistas, Comuns y Podemos. Entre la larga lista de puntos programáticos que fue desgranando, en ningún momento formuló uno tan importante como es el de la supresión de la monarquía en España y su sustitución por la república. Pues bien, esto es exactamente lo que ha hecho el PDeCAT en el Congreso de los Diputados.
Los que se llaman socios del gobierno, ERC, Bildu, BNG, JxCat y la CUP, junto con el PDeCAT, han presentado una serie de enmiendas al proyecto de ley de memoria democrática y, si las informaciones publicadas no engañan y las fotografías tomadas por los autores no mienten, en ese grupo figura claramente el partido de Chacón. La enmienda concreta que la monarquía española es consecuencia de la dictadura franquista y que juró lealtad a Franco y a los principios del movimiento, en la persona de Juan Carlos de Borbón, y que su juramento fue una exaltación de la guerra y la dictadura. Por eso piden suprimir la monarquía y evidentemente eliminar todos sus privilegios y prerrogativas. Niegan el valor del referéndum sobre la forma de estado que se hizo y, en este sentido, no conceden ningún valor a la Constitución ni a su aprobación por el pueblo. En definitiva, niegan el capítulo más importante y más edificante de la historia reciente de España, que ha permitido el actual sistema democrático, hoy ciertamente degradado, pero sobre todo a manos de quienes son los sucesores de quienes hicieron la transición y no a causa de ésta.
También piden en este texto modificar una serie de artículos de la ley de Amnistía de 1977 suprimiendo precisamente los apartados que exoneran de responsabilidad a las autoridades y funcionarios del estado, y quieren que éstos sean juzgados hoy en día y que se le impongan las penas correspondientes acusados nada menos que de delitos de genocidio, lesa humanidad, de guerra y otras violaciones de los derechos humanos. Todo ello es una brutalidad política que intenta reescribir toda la transición y construcción de la democracia española y también catalana.
Cuando se titulan como socios del gobierno hay que mencionar que en la lista, si bien aparece Bildu, no forma parte de los firmantes el PNV porque tienen suficiente rigor como para no hacer estos números parlamentarios, y nadie negará al PNV su lucha activa contra el franquismo y al mismo tiempo su importante papel en la transición. De todos los partidos firmantes, ninguno existía ni tiene conciencia histórica de enfrentarse al franquismo y de pactar y construir la nueva democracia, excepto ERC que, entonces, era un partido de presencia más nominal que real, con más exiliados que seguidores en el interior. Que a todo este grupo se le añada el PDeCAT, que firme iniciativas de este tipo de la mano de la CUP y que a la vez quiera ser palo de pajar de una alternativa centrada en Cataluña es una contradicción que merece una explicación publica, y todavía mejor, una rectificación.
No puede haber alternativa cuando allá donde se tiene presencia parlamentaria, porque no la consiguió en el Parlament de Catalunya, piden la derogación de la monarquía y la liquidación de la Amnistía de 1977 que no haría otra cosa que polarizar más la actual ya muy conflictiva política que se realiza en nuestro país.
Sólo nos faltaría ahora que en lugar de tener una figura que se ha mantenido por encima de las derivas partidistas, debamos votar por quien debe ser el presidente de la república. Realmente, nuestra vida política está llena de irresponsables.
En su propuesta, el PdeCat en ningún momento formuló uno tan importante como es el de la supresión de la monarquía en España y su sustitución por la república Share on X