A pesar de que estamos a punto de entrar en la primavera, se producirá un retorno repentino al invierno si las previsiones meteorológicas no se equivocan. A partir del jueves comenzará un cierto descenso de las temperaturas, pero el cambio radical se producirá especialmente a partir del viernes. Entre este día por la tarde y la madrugada del sábado la temperatura se desplomará en toda Cataluña y dará lugar a un ambiente mucho más frío del que correspondería por la época.
Será un período breve que se extenderá hasta el domingo y que puede dar lugar a intensas nevadas que en el interior pueden caer por encima de los 500 metros e incluso podrían llegar a la madrugada de sábado a los 300 metros y extenderse hasta la costa. Por lo tanto, con toda seguridad el Pirineo y Prepirineo se verán nevados, más en la cara norte que en la cara sur, y la Cordillera del Litoral e incluso la parte alta de Barcelona pueden también emblanquecerse.
Los modelos no son absolutamente coincidentes y en uno de ellos, el Global Forecast System (GFS) que como su nombre indica es un sistema global de predicción creado en EEUU, la previsión es que las nevadas serán más intensas y que pueden llegar hasta el litoral. Es un modelo que se actualiza cuatro veces al día, y si bien no ofrece una alta fiabilidad más allá de siete días, a estas alturas y en relación a los próximo días, la previsión debería ser bastante exacta.
El GFS tiene una aplicación específica para Europa. Pero hay otro modelo conocido como el European Centre for Medium-Range Weather Forecasts (ECMWF) que se considera más específico para Europa y que también se considera más completo porque utiliza una mayor cantidad de información. En la aplicación de este segundo modelo las nevadas en el litoral son dudosas, por no decir inexistentes, y más bien se podrían producir chubascos de nieve. El período será de corta duración, el tiempo en que tarde en transcurrir por encima nuestro el aire frío de la alta atmósfera. A pesar de estas precipitaciones de nieve, la temperatura en superficie, sobre todo en el litoral, no se acercarán ni de lejos a los 0 grados, si bien las máximas se quedarán muy cortas, alrededor de los 10 grados en Barcelona. Lo que está asegurado en todo el interior es una gran helada, que dado lo avanzada que está la temporada agrícola, puede hacer mucho daño. En todo caso será necesario, como es lógico, esperar a ver los resultados porque también dependerá de la persistencia del fenómeno.
Por lo tanto, tendremos un San José helado y pasado por nieve, lo que puede ser una buena noticia si la cantidad caída es suficiente para que se aguante para Semana Santa y pueda ser útil para la práctica del esquí. Esto sería una especie de bendición, dado que se han levantado las limitaciones de los desplazamientos y que se puede circular por toda Cataluña. Con todo, no es fácil, por lo avanzado de la época, que la nieve pueda perdurar demasiado tiempo y en buenas condiciones, porque a partir de que pase la masa de aire frío que nos invadirá, y esto será a partir del domingo, la recuperación de las temperaturas se ajustará a la época del año que estamos y se producirá un rápido aumento.
Hay dos factores más a tener en cuenta, derivados de este fenómeno meteorológico. Uno es que si el territorio está nevado este fin de semana seguro que se producirán numerosos desplazamientos a lugares emblemáticos, como por ejemplo El Montseny y otros lugares, y se producirán aglomeraciones en locales cerrados como bares y restaurantes. Es decir, se pueden producir condiciones que faciliten la propagación de la pandemia. Este fenómeno también se daría en el caso de que se registrara afluencia en las pistas de esquí y que sería la contrapartida de la reactivación de la economía de las comarcas de montaña esta Semana Santa.