Hay una parte del territorio catalán que siempre ha sido vista desde mucha distancia por parte del centro neurálgico de Barcelona y del gobierno catalán. Posiblemente, en el largo período de gobierno de Jordi Pujol, este centralismo barcelonés quedaba contrapesado por el comarcalismo que la Convergencia de aquella época impulsaba. Pero de eso hace años y la situación se ha hecho cada vez más adversa para las comarcas del Montsià, Terra Alta, Ribera d’Ebre y Baix Ebre, cada vez más carentes de atención por parte del gobierno y también, hay que decirlo, por las élites de este país.
Los problemas se acentúan empezando por la base económica. La combinación del envejecimiento de la población y la insuficiente actividad industrial y terciaria hacen que el primer componente de la renta de estos territorios sean los ingresos de las pensiones de jubilación, un perfil equivalente al de la «España vaciada». Las comunicaciones siguen presentando grandes deficiencias, especialmente las de ferrocarril, sin que el traspaso de competencias -deficiente, eso sí- a la Generalitat haya significado ningún cambio importante. De momento, la mejora de comunicaciones entre Barcelona y Valencia pasa de largo. El gobierno catalán no tiene ningún programa de desarrollo territorial. Es una de las muchas y grandes asignaturas pendientes.
Cuando se producen problemas, las respuestas son insuficientes o se prolongan en el tiempo hasta dejar exhaustos a los afectados. Es el caso de la mosca negra, es la falta de respuesta a las ayudas e indemnizaciones por los incendios forestales, a los que ahora se le añade una nueva destroza con los efectos que ha tenido el temporal Gloria en el Delta del Ebro, que ha dañado no sólo las playas y El Trabucador, sino más de 3.000 hectáreas de arrozales.
Todo ello exige gasto, inversión, planes, proyectos. ¿Dónde están? Ahora la Generalitat presenta un nuevo presupuesto en el que afirma que recupera el nivel de gasto previo a la crisis. Es trabajo del Parlamento de Cataluña determinar cuál es la dimensión de esta mejora que se aplicará en la Cataluña del sur, y es trabajo también de los medios de comunicación informar y dar a conocer qué tipo de respuesta se articula.